Apuntes

Apuntes a la lectura de REMOZANDO EL NACIONALISMO Y EL ANTIIMPERIALISMO LATINOAMERICANO Benjamín Alejandro García González De la lectura se e desprende la comprensión de un conflicto entre el "pensamiento social crítico" y el "pensamiento único". El primero tiende a mirar hacia el marxismo, pero lo comprende no como la revolución social, sino como el reforzamiento del estatismo gubernamental, por ello se muestra en desacuerdo con el neoliberalismo económico. Esto ha provocado que Latinoamérica no logre participar del concierto de naciones de una manera importante y beneficiosa para sus países: "la región tiene grandes dificultades para vincularse dinámicamente con la economía internacional...". El autor la llama un puzzle "porque si bien existe una tradición intelectual que otorga una gran importancia a los factores internacionales para justificar su subdesarrollo e inserción internacional, la realidad es que la región tiene grandes dificultades para vincularse dinámicamente con la economía internacional". Sin embargo, este pensamiento crítico, que pretende salvaguardar la nacionalidad y el bienestar de la población (al menos discursivamente): "no encuentra sus ideas en la globalización –que rechaza–, sino más bien en una tradición literaria de ensayo y especulación la cual se conformó durante el período histórico del imperialismo británico y del ascenso de los Estados Unidos como potencia". Esta visión de los Estados Unidos como Frankestein interesado en demoler por completo a América Latina ha perjudicado nuestro desarrollo. Pero otro tanto se podría decir del temor anticomunista de Estados Unidos (que los lleva a mantener el, hoy absurdo, bloqueo económico a Cuba), que los llevo a invertir dinero contra todas las guerrillas latinoamericanas. No se puede crear un diálogo franco en plenitud del horror. Es como una escena de caricatura: un sajón y un latinoamericano se encuentran y ambos gritan histéricamente: ¡aaaaarrrrrrggggghhh! Además, es difícil no ver a EU como un peligro cuando actúa de maneras no muy simpáticas en Irak y Afganistán. Definitivamente no han dudado en usar la fuerza, el dinero, la manipulación y la intervención para hacer valer sus intereses, sirva como ejemplo su participación en El Salvador a finales de los 70 y principios de los 80. No es, admitamos, fácil pensar en un diálogo de iguales. América Latina desea, a final de cuentas, estabilidad y prosperidad, en efecto muchos de los problemas que han evitado el cumplimento de tales objetivos han sido de origen exógeno (recesión mundial, presión de intereses extranjeros en la inversión, capital volátil, movimiento financiero mundial, guerra, etcétera); e igualmente muchas son de carácter endógeno: corrupción, ortodoxia en la aplicación de las teorías, movimientos políticos internos con resultados desestabilizadores, etcétera. En el texto se menciona: "Tras el fin de la Guerra Fría, la región no forma parte del gran interés de las potencias y transnacionales porque la atención sigue volcada en Europa, Medio Oriente y Asia; incluso para algunos es la Atlántida contemporánea, un continente perdido en su confusión". Conforme a cierta versión, Michel de Chevalier asesoró a Napoleón III para denominar como Latinoamérica a la región que le interesaba conquistar en su aventura imperialista, de esta manera, al membretar a la región geográfica, se le convertía de facto en una región ideológica, distinta del mundo sajón, cuaquero, y protestante; a ello contribuía su idioma (castellano) y su herencia (española, predominantemente). Desde ese momento se construía ya un ánimo antinorteamericano, que en la intención de los europeos, ayudaría evitar la expansión de la ya creciente potencia norteamericana. No es fácil borrar estas impresiones y menos aún con la política militar de las administraciones de George Bush padre e hijo. Una visión moderna de la relación entre EU y América Latina no puede ser ya la de "muerte los gringos", debe componerse de una legítima defensa de los intereses nacionales, y también de un correcto internacionalismo, una capacidad de negociación acorde a los mutuos intereses; no podemos aislarnos del resto del mundo (sólo China lo hizo por algunos años y ahora está inserta de manera completa en el devenir global). En la visión clásica del marxismo (en el marxismo de Marx) hay una intención comercial mundial. En principio, el capitalismo genera las condiciones técnicas y empresariales, que permitirían la satisfacción internacional de los mercados. Se tiende a ignorar que comunismo es tanto la extinción del Estado, como el libre intercambio, aunque no determinado ya por la ganancia. La perspectiva consiste, por dar un ejemplo simple, en que si Cuba produce azúcar y Malasia necesita azúcar, la puedan intercambiar; si México tiene petróleo y Timbuctú anteojos, se los proporcionarían mutuamente. Tanto una perspectiva liberal, como una comunista no pueden renunciar al diálogo y al intercambio mundial. Todas las citas son tomadas de la Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal. Universidad Autónoma del Estado de México. http://redalyc.uaemex.mx: 2007. Guajardo Soto, Guillermo. "REMOZANDO EL NACIONALISMO Y EL ANTIIMPERIALISMO LATINOAMERICANO". Revista Enfoques, segundo semestre, número 007 Universidad Central de Chile Santiago, Chile pp. 229-252

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