No sé rasurarme, abismo en el sol


No sé rasurarme



Nunca he sabido rasurarme

Por eso la capilaridad

Me ensombrece el ánima

Siempre olvido comprar rastrillo

Acabo rastrojo

Cual tuna tunante

Pues a par de todo

Mis vellos

Como el amor

Uno aquí

Aquí no

Nunca he sabido rasurarme

No sé limpiarme la cara

Y tampoco se limpiar el rastrillo

Por eso de abrojos

Se me llena la cara

Por fuera

Y el corazón

Por dentro

Y lo peor

A tales alturas

Es que sin rasurarme fracaso

Y rasurado vengo a menos

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¡Qué poema tan chido! A partir de algo tan elemental, pero tan sentido. Saludos, Benja.
Carlos ha dicho que…
Yo tampoco, pero ya me resigné. Ahora le unto espuma al espejo y me cortó la cara mientras rasuro una barba imaginaria. Saludos, Benjamín.

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