Oportunidad migrante


Oportunidad migrante 


Benjamín García 


¿Quién puede dudar que la historia del ser humano es la historia de la migración? Antes del sedentarismo, la historia humana comenzó como una aventura itinerante.

Luego creamos la cultura, las civilizaciones, los Estados, las fronteras. 

Las razones para migrar hoy en día son variopintas; las más conflictiva y llamativas son las migraciones por motivos políticos militares (Siria, por ejemplo) y la migración por motivos económicos (Honduras, hoy día). 

El reciente caso de la caravana hondureña ha provocado una ola de reacciones en forma polarizada. es uno de esos casos donde todos tienen algo de razón en cuanto a sus preocupaciones. Es entendible el deseo de ser solidarios con los migrantes, sobre todo porque somos un pueblo con un gran número de migrantes en Estados Unidos y en otras partes del mundo.

También es comprensible la preocupación por parte de quienes aseguran que en México los niveles de desempleo son altos. Así el asunto, nadie gana, salvo quienes aprovechan para llevar agua a su molino político.

Y por eso debemos evitar las trampas binarias: "a" contra"b". Las publicaciones en que unos llaman "Donald Trumps" a los otros; y estos les exigen: "Pues mételos a tu casa" no resuelven nada. Lo mejor es buscar una vía que supere ese marco.

En varias regiones del mundo hay un alto índice de despoblación, incluso se han hecho campañas para que gente de otras nacionalidades  se vaya a vivir a esos lugares (algunos sitios de Suiza, Suecia, Japón, Dinamarca, etcétera).

He ahí una ventana de oportunidad para los migrantes. Es legítima la preocupación de cualquier ciudadano: "Pero cómo aportarán al patrimonio nacional". Bueno, ahí debemos pedir la intervención de la ONU, para que esto no sea un problema de gobiernos o incluso de partidos, es esta entidad internacional quien se debe de encargar de gestionar la aceptación, junto con una formación en oficios o en carreras universitarias.

Fundaciones como Carolina o Príncipe Guillermo de Asturias ofertan becas para diversos programas. La solidaridad mundial debe ir más allá de una torra y agua, es preciso conducir los esfuerzos a una opción real.

Independientemente de la persona o partido que encabece la presidencia, tanto el gobierno mexicano como el gobierno estadounidense deben solicitar la intervención de la ONU.

Se podría crear la figura de visa internacional temporal.

Dicha visa sería entregada por la ONU, quien se encargaría de gestionarla con los países que se afilien al proyecto.

Evidentemente se entregaría a partir de un examen previo donde se considere la situación de cada migrante o de cada familia migrante (para evitar la separación familiar).

La beca serviría para la manutención de las personas mientras aprenden un oficio o terminan una carrera. Las carreras ofertadas serían de necesidad general: ingeniería aereonáutica, ingeniería en petróleo, medicina, por ejemplo.

Está visa se entregaría solo para migrantes por causas económicas, se debe solicitar debidamente, siempre con apoyo del organismo internacional. 

Con acuerdo entre países, se podría establecer un pequeño impuesto sobre transacciones internacionales para destinar el dinero a esta función.

Por supuesto, la visa sería negada a personas con antecedentes penales graves: robo con agresión, secuestro, asesinato y aquellas que se definan en un reglamento; pero no afectaría en caso de antecedentes menores: robo de un pan, alguna falta administrativa, etcétera.

En todo caso, se fomentará la repatriación de la persona o familia, pero no bajo la figura de deportación, sino como una manera de volver a su tierra, pero en condiciones óptimas y con la capacidad y posibilidad de contribuir al desarrollo de su país (siempre y cuando la persona quiera y el país de origen se preste a ello).

Ya ha habido experiencias previas, en particular con el exilio salvadoreño. El entonces presidente mexicano, José López Portillo, gestionó con Canadá, Australia y Francia la repartición del exilio provocado por la guerra interina en aquel país. Con apoyo de la ACNUR se colocó a la gente en los 4 países. 

En un mundo ideal, no existirían las fronteras, o existirían sin impedir el paso de las personas, por desgracia no hemos construido ese mundo, por tanto, debemos recurrir al ingenio para resolver nuestra existencia inmediata, siempre con la vista en el porvenir. 



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