Despertares


Despertares

El ensayo fue una de las principales armas en la construcción de América, tanto en la sajona como en la hispana, los padres de las diferentes naciones se valieron de la pluma para lograr sus objetivos. En el caso de México destaca El Despertador Americano (a pesar de que el objetivo original era lograr mayor autonomía para la Nueva España, ya en el nombre del periódico se dibuja un proyecto). De hecho, en el número 2 (27 de diciembre de 1810) dibuja las razones de una posible independencia: «… para evitar una esclavitud, cuya idea sola nos hace entrar en las convulsiones del furor; para consolar a las naciones que arrastran la cadena del cautiverio, y poner una barrera al monstruo de tiranía, que parece va a devorar toda la Tierra; nos creemos autorizados por el Ser Supremo, de quien recibimos los mismos derechos naturales que los demás hombres, para aspirar abiertamente a la independencia (…)».

 En el número 3 (sábado 29 de diciembre de 1810), básicamente se intenta contraargumentar las calumnias que surgían por doquier.

El número 4, mi favorito, expone las razones para armar el movimiento y se oponen al linchamiento por medio del rumor que se hace de ellos: «¿Peleáis por vuestra patria? Pero ¡Ay! que vuestra Patria, la América, la Madre legítima que os concibió en su seno, y os alimenta con su substancia, no tiene hasta ahora más, que motivos de queja contra vosotros, a quienes mira como hijos desnaturalizados y rebeldes que han tornado las armas contra ella (se respeta la sintaxis original, pero se actualiza la ortografía)».

Quizá todo el movimiento que derivará en la independencia mexicana queda resumido en las siguientes preguntas:

«¿Quiénes son dueños de las minas más ricas, de las betas más abundantes y de mejor ley? Los gachupines. ¿Quiénes poseen las haciendas de campo más extensas, más feraces, más abastecidas de toda clase de ganados? Los gachupines. ¿Quiénes se casan con las americanas más hermosas, y mejor dotadas? ¿Quiénes ocupan los primeros puestos de la Magistratura, los Virreynatos, las Intendencias, las plazas de Regentes, y Oydores, las dignidades más eminentes, las rentas más pingües de nuestras Iglesias? Los gachupines». (3 de enero de 1811)

El número 5 (5 de diciembre de 1810) es dedicado a arengar para hacer cohesión entre los insurgentes y la población en general. Es interesante que los realistas intentan “funar”, es decir linchar mediante el rumor a los insurgentes para luego justificar su linchamiento físico.

En el número 7 (jueves 17 de enero de 1811) da ejemplo de su lírica: «La tempestuosa nube del rencor Europeo (sic) amenaza destruir a toda la Nación (sic) en masa, truena y fulmina contra los criollos (…)», de tal suerte que intenta llevar los argumentos de los realistas contra ellos mismos.

Es de notar que en la época usaban el término angloamérica, uno que sería muy propio hoy día.

No se puede concebir la independencia mexicana sin el papel jugado por el Despertador Americano. Uno de los problemas de nuestros tiempos es que casi se han acabado las tribunas del debate. Cuando surgieron las redes sociales, múltiples teóricos se adelantaron a proclamar la “democratización” del espacio público, en realidad, con el tiempo, se ha convertido en una cacocracia. Siempre han existido el rumor, la insidia, la maledicencia, pero como nunca antes han encontrado su medio para difundirse, viralizarse (para usar el término en boga). La única manera de oponerse a ello es retomar el poder del ensayismo, dar vueltas a la idea y a la propuesta, procurar el ingenio, colocar la vista en el horizonte y no en el mediocre inmediatismo, sólo así pasaremos esta tempestad de vocinglería y linchamientos, nada más así construiremos los nuevos senderos.

(Los facsímiles de el Despertador Americano fueron tomados de http://www.cervantesvirtual.com/partes/284749/el-despertador-americano-correo-politico-economico-de-guadalajara-8, al 30 de noviembre de 2020).

Benjamín García

 

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