suburbano 2

Metro

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Benjamín García 

Lo primero a descubrir cuando se es artista del metro es la presencia de vendedores y vigilantes (propiamente el cuerpo de vigilantes más el grupo paramilitar creado en la administración Obrador Ebrard, conocidos popularmente como los boinas).

Lo vendedores van vagón por vagón, se cruzan con los músicos Lo normal sería que se pasaran al siguiente vagón o que esperaran el próximo tren. Pero los vendedores detentan parte del código del poder: en su creencia la historia es derecho. Generalmente argumentan que ellos abrieron el espacio a putazos (contra los vigilantes, se entiende), además, suponen mayor riesgo por su actividad comercial. 

No en todas las líneas es igual. En cada una, y a veces por tramos, hay diferentes organizaciones. 

En la línea 7 fue donde Gonzalo y Sergio hallaron menos problemas. Al principio sólo les pedían ir a los vagones de atrás, en general, suele haber más cooperación en los de adelante. Es decir, debían ganar, con el paso del tiempo, el derecho de tocar en los de adelante.

Fuera de eso, nadie les pidió dinero, aunque sí los presionaban con cierta constancia para asistir a las juntas semanales o para participar en alguna marcha. 

Luciano, un vendedor de la línea 2, estudiaba agronomía en Chilpancingo, su padre murió. Debió abandonar la carrera y trabajar para mantener a la familia. Sus parientes formaban parte de las primeras generaciones de vendedores en el metro, así que le ofrecieron “trabajo”. 

Él comprende que todos llegan ahí ante la necesidad, ante la falta de un buen empleo u orillados por alguna circunstancia. Sin embargo, también comprende que los vendedores fueron formado grupos, a veces mafias, que controlan cada tramo y piden dinero por vender o tocar ahí. 

También es verdad que han logrado su permanencia por medio de la resistencia. En alguna ocasión, un vigilante que me atrapó tocando, me dijo: No deberías quejarte, ahorita, si no llega la patrulla, te soltamos (eso era antes de la llegada del grupo paramilitar), antes nos daban la orden: van a picar (acuchillar).